Yo solía tener un amigo. De esos amigos con los que hablas todo el día, todos los días, con el que puedes contar para cualquier cosa, desde hacer una broma, hasta llegar a ser tu pañuelo de lágrimas. Un amigo al que le cuentas todos tus problemas, te entiende y puede darte los mejores consejos, con el que puedes salir a solas y pasarla tan bien como si fueras a una fiesta con cientos de personas. Un amigo que no quisieras perder nunca.

Ese amigo, terminó siendo uno de esos amigos que de un día para otro, se convierte en un extraño. No estoy muy seguro de las razones, pero así pasó y no puedo hacer nada al respecto. Me duele que sea así, y lo extraño, pero esa fue su decisión.

Todos esos momentos, pasaron a ser solo recuerdos, que por más que duela, no queda otra opción que enterrarlos junto a la persona con quien los viví. Un extraño al que solía conocer.