No sé la razón de ese sueño, ¿De verdad quiero tanto estar contigo? No lo sé, pero algo sí es seguro, empecé a ir muy seguido a ese parque, con la esperanza de verte llegar y que te sentaras junto a mí en esa fría banca, quería que ese sueño se convirtiera en realidad y estar junto a ti, pero sentía que era algo imposible, tu estás tan lejos y yo aquí, solo, con mi soledad.
Empecé a caminar por el parque y a recordar mi infancia mientras me sentaba en un columpio a pensar, a esperar; a esperar algo, o mejor dicho, a alguien que nunca iba a llegar.
Estaba allí, en ese columpio mirando las estrellas y la hermosa luna llena cuando escucho un ruido detrás de mi, pensé que sería algún animal, una ardilla o un pájaro, pero escucho tu voz pidiendo permiso para sentarte a mi lado.
“No puede ser” -pensé en voz alta mientras volteaba a ver si realmente eras tú quien me hablaba.
En efecto, era la persona de mi sueño, la persona que tanto esperé sentado en ese parque.
-“No te alejes de mí” -Te dije al oído con voz temblorosa luego de haberme levantado torpemente del columpio para abrazarte.
No pude contener esa lágrima, no pensaba que ese momento fuera real, ¿Estaría soñando nuevamente? No estaba pensando muy claramente, quizás debido a la emoción.
-“Siempre estaré junto a ti” -Me dijiste suavemente al oído mientras te acercabas a besarme.
Nos unimos en un cálido abrazo mientras nos acostábamos en la grama de ese parque, ese parque que tantas veces visité, donde muchas veces estuve solo. Ese parque que ahora era un lugar de ensueño donde se llevaba a cabo ese momento mágico, el momento que siempre soñé.

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