Hoy es una de esas noches en las cuales quiero con todas mis ganas abrazarlo y demostrarle que la espera no fue en vano. Que aún sueño con esa casa en la colina que tanto planeamos tener algún día, y también con los bebés que adoptaríamos y quiero decirle que aún nuestros sueños viven en mí. Quiero decirle que lo pienso más de 6 veces al día como si fuera una religión, mi religión. Quiero decirle que no me atrevo a amar a otro hombre porque él es el hombre de mi vida, el que me demostró que podía hacer cosas grandes por amor, y ese al que le he enseñado que la distancia y el tiempo son flagelos dulces que no matan una relación cuando se es inteligente.

Quiero verlo una vez mas y sentir que mi sonrisa es lo suficientemente grande y brillante como para iluminar toda la ciudad, y todo gracias a que estoy con él. Quiero sentir ese frenesí que pocos conocen y que ocurre pocas veces en la vida: el del amor. Quiero sentirme sumergido en una marea de sueños y sonrisas. Quiero ponerle un anillo, solo para simular una escena romántica. Él es el amor de mi vida, y si lee estas líneas, quizá sepa que están dirigidas a él, ya que es la única persona que ha visto a mi corazón cuando sonríe. Él es el amor de mi vida.



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