Y ahí esta él, acostumbrado a sus cuatro paredes. En eso se ha convertido su mundo. Acostumbrado a la soledad, ya la acurruca como su almohada.

Y ahí está él, cantado canciones en sus cuatro paredes, ha convertido su cuarto en su mundo, acostumbrado a estar solo. Su ordenador es la única ventana abierta.

Y ahí está él, escribiendo frases de canciones que lo hacen sentir vivo y que de a momentos rompe con la monotonía de su vida.

Y aquí estoy yo, observándolo por la misma ventana, confundido de no saber quién mira desde adentro; sin saber quién mira desde afuera.